Ven. Terminemos
lo empezado.
Desatemos los hilos
de paz y gloria,
dejemos nuestra ropa
tirada en el suelo
con estrategia y sin decoro.
Pasemos a estudiar
el lenguaje de los pezones,
punta del iceberg del alma,
entrada de emergencia
al corazón de la noche.
Finalmente,
descubramos la verdad:
un muro de roca y besos
que nos separa,
la tibia película de silencio
que adorna la noche tras el sexo.
domingo, 22 de noviembre de 2009
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